Verderón europeo o Verderón común (Carduelis chloris)

Verderón europeo o Verderón común (Carduelis chloris)

Clasificación científica

Reino:             Animalia

Filo:                Chordata

Clase:             Aves

Orden:            Passeriformes

Familia:          Fringillidae

Género:          Carduelis

Especie:         Carduelis chloris

Longevidad: pueden vivir hasta tres años.

Peso: 30 gramos aproximadamente.

Envergadura: con las alas abiertas pueden medir alrededor de 26 cm.

Longitud: 13 a 15 cm aproximadamente.

El Verderón europeo o Verderón común (Carduelis chloris) es un pequeño pájaro cantor del orden de los Passeriformes y de la familia Fringillidae (como los pinzones). Es una especie común en la Península ibérica. Los verderones se han adaptado tanto a la vida en zonas, donde se hace sentir la presencia del hombre, que es difícil encontrarlos lejos de ellas; especialmente en la época de cría permanecen más acantonados en jardines, malezas y huertas próximas a poblaciones.

El Verderón común hace honor a su nombre, ya que en su plumaje destacan los colores verdes oliváceos, llamando la atención las bandas amarillas en el borde de las alas y la parte superior de la cola, así como su pico fuerte y claro con apariencia robusta. En la cara destaca una mancha oscura entre el ojo y el pico. La hembra es de color más apagado y tienen tonos marrón castaño en la parte posterior, y las manchas de sus alas y cola son de color amarillo mas pálido.

Su pico corto y cónico, es lo suficientemente poderoso para abrir semillas grandes y duras. Se alimenta de semillas de cereales, tomadas sólo cuando estas se han desprendido de la espiga; semillas de árboles como el olmo, tilo y fresno; piñones, nueces y bayas como las de tejo, zarza y escaramujo; insectos, entre los cuales se cuentan pulgones, hormigas, escarabajos y también arañas. En algunas ocasiones devora los brotes de árboles frutales, pero raramente hasta el punto de constituir una plaga. En otoño visita los viñedos y frutales para comer fruta madura.

Cuando llega el mes de marzo, el macho, desde la atalaya en que se posa, conjuga su silbido con un vuelo ascendente y una especie de suspensión en el aire por medio de lentos aleteos, a la manera de las mariposas o murciélagos, sin cesar de gorjear. Esta acción constituye la fase principal de su exhibición galante en el cortejo nupcial.

En abril y mayo comienzan la construcción del nido, que sitúa cerca de la rama principal de arbustos y árboles, realizado en forma de copa y a base de musgo, lana, pelos, raíces y tallos finos.

Tiende a anidar en grupos. La nidada será de cuatro a seis huevos, variando su color entre el blanco sucio y el azul verdoso con manchas pardo rojizas o violáceas. Sólo la hembra se ocupa de la incubación, que dura dos semanas, entre tanto, será el macho el que se encargue de alimentar a la hembra, mientras ésta está incubando. A los doce días nacerán los pollos que son alimentados, por ambos progenitores, con larvas de insectos y semillas regurgitadas.

Cuando la hembra se dispone a construir otro nido, el padre tiene que quedarse sólo, a cargo de las crías, hasta que consigan el alimento por sí mismas. Cuando adquieren sus plumas, permanecen junto a sus padres, formando un grupo familiar muy unido.

Cría en las arboledas y arbustos tupidos de las zonas habitadas, parques, jardines, huertos, frutales y en los cipreses de los cementerios y todos los bosquecillos e hileras de árboles del ámbito rural. Son aves sociables en todo tiempo y tienden a anidar en colonias de reducido número, utilizando arbustos adyacentes; normalmente tienen dos crías cada temporada, y algunos incluso una tercera, de modo que no es raro encontrar aves jóvenes en el nido en fechas muy tardías.

A finales del verano, se congrega en grandes y ruidosas bandadas, que incluyen otros fringílidos y escribanos, agregándose también pájaros migrantes que llegan del norte en otoño, y vuelan sin rumbo a través de bosques, campos, estepas y cultivos, en busca del grano caído y semillas de plantas silvestres. Soporta bien los rigores del invierno; en esta época suele abandonar la protección de los arbustos para alimentarse en rastrojos y eriales; sabe encontrar su alimento incluso cuando la capa de nieve es algo espesa.