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¡Hola!

Soy José Manuel, un enamorado de la naturaleza desde toda la vida. Ya de pequeño me gustaban los animales, los bichos, las flores ... Entonces ya iba con mi padre los domingos a la sierra o al río a pescar y disfrutaba recorriendo río arriba y abajo descubriendo todo ese mundo nuevo para mí, no sin alguna bronca por parte de mi padre, pues "le espantaba los peces".

Con el tiempo la afición fue ahondando en mí, y hace unos pocos años descubrí que la fotografía era una buena manera de disfrutarla y difundirla compartiendo con todos vosotros, los muchos aficionados y verdaderos maestros que subis vuestras fotos a la red y de los que estoy aprendiento día a día.

Espero que este modesto Blog sea de vuestro agrado y si algún compañero tiene un blog o una página de fotografía de naturaleza, me de la dirección en cualquier comentario que lo visitaré con mucho gusto y estaré encantado de añadirla a mis enlaces si es su deseo.

Un saludo cordial desde Doña Mencía (Córdoba) y gracias de antemano.

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sábado, 28 de abril de 2012

Mantis religiosa o “santateresa”


























  









Mantis religiosa o “santateresa”

Clasificación científica
Reino:                         Animalia
Filo:                            Arthropoda
Clase:                         Insecta
Orden:                        Mantodea
Familia:                      Mantidae
Subfamilia:                 Mantinae
Tribu:                         Mantini
Género:                      Mantis
Especie:                      M. religiosa

La Mantis religiosa, comúnmente conocida como santateresa; su nombre se debe a la posición que adoptan sus miembros anteriores doblados y juntos contra el tórax que recuerdan a una persona rezando, no obstante, son depredadores voraces que acechan a sus presas y las atrapan con un movimiento veloz hacia adelante de sus patas delanteras. Es un insecto de la familia Mantidae originaria de sur de Europa; fue introducida en Norteamérica en un barco con plantones y a pesar de ser una especie introducida, es el insecto oficial de Connecticut.
Es un insecto carnívoro de tamaño mediano, de entre 1,2-15 cm de longitud, de color verde o pardo, con un tórax largo y unas antenas delgadas. Tiene dos grandes ojos compuestos y tres ojos sencillos entre ellos. Pueden girar la cabeza 180º para cubrir todo el entorno que les rodea. Sus patas delanteras, que mantiene recogidas ante la cabeza, están provistas de fuertes espinas para sujetar a sus presas.
Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y sólo uno se reproduce. Las hembras son mayores que los machos. En raras ocasiones, durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho.
Puede ser de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina el del medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca). Es el único animal conocido que cuenta con un único oído, y lo tiene localizado en el tórax. Alcanzan un año de vida, durante el cual mudan seis veces antes de convertirse en adulto; para mudar se suspenden de una rama, se desprenden de la vieja muda y salen por la parte anterior de la última cutícula.
La Mantis utiliza sus fuertes patas delanteras para atrapar a sus presas y devorarlas vivas. Caza al acecho, permanece inmóvil con las patas delanteras juntas, a la espera de que una presa se acerque. Cuando otro insecto se posa junto a ella, lo observa girando la cabeza (las mantis gozan de muy buena vista) y lanzándose al ataque de inmediato. Sus patas delanteras sujetan a la víctima y la mantis comienza a alimentarse de ella inmediatamente, incluso si su presa sigue luchando para escapar. La rapidez de sus patas delanteras es tal que puede atrapar moscas en vuelo.
Las presas pueden ser devoradas en parte o en su totalidad, y dejan únicamente como restos del festín patas, alas o élitros, que la mantis escrupulosamente deja caer al suelo. Los adultos mas grandes pueden llegar a cazar: ranas, lagartijas y otros pequeños animales.
En la época de apareamiento la hembra segrega feromonas, con lo que atrae al macho, y es el único momento en el que los machos y hembras se reúnen. Durante este periodo las hembras se vuelven muy agresivas y, en ocasiones, acaban por comerse a su compañero durante o después del apareamiento, empezando por la cabeza. Este comportamiento está bastante mitificado, ya que, si bien se da con frecuencia en cautiverio, es raro en libertad. La cópula dura unas dos horas; en primer lugar el macho rodea a la hembra hasta saltar a su dorso y poner en contacto sus antenas con las de la hembra. A continuación, el macho pone en contacto sus estructuras genitales con las de la hembra y deposita el espermatóforo en el interior de la hembra.
La puesta de los huevos se hace en otoño y los huevos eclosionan en primavera. Pone sus huevos en montoncitos espumosos (ootecas), que ata a las ramitas. La espuma se endurece pronto y protege los huevos hasta que se abren. Cada saco puede albergar entre 200 y 300 huevos, pero sólo unos pocos sobreviven ya que entre ellos impera el canibalismo juvenil, los más espabilados comen a los que tarden mucho en escapar de sus hermanos.
La relación entre la mantis religiosa y el ser humano ha sido un tanto contradictoria ya que, por un lado, ha despertado la curiosidad y la admiración, y por otro suscita la desconfianza y el miedo. En general en España la cultura popular equivocadamente presenta a la mantis religiosa como un animal peligroso y venenoso a pesar de ser totalmente inofensivo y beneficioso para el ser humano, pues es un gran predador de otros invertebrados como saltamontes. En algunos municipios la mantis religiosa recibe nombres como "muerte" o "caballito del diablo", que revelan esa concepción negativa; contrastan estas denominaciones con las de "religiosa" y la de "santateresa", que hacen alusión a esa posición en la que parece que se encuentra rezando cuando acecha a sus presas.

sábado, 15 de octubre de 2011

Ameles spallanzania (Mantis enana europea)












 
Ameles spallanzania (Mantis enana europea)

Clasificación científica

Reino:                         Animalia
Filo:                            Arthropoda
Clase:                          Insecta
Subclase:                    Pterygota
Infraclase:                   Neoptera
Superorden:                Dictyoptera
Orden:                        Mantodea
Familia:                      Mantidae
Género:                      Ameles
Especie:                     A. spallanzania

Se trata de una pequeña mantis, de alrededor de 3-5 cm, propia del sur de Europa y norte de África. Los machos presentan alas bien desarrolladas, en tanto que las hembras sólo poseen pequeños vestigios de alas, por lo que el aspecto general es muy diferente entre los sexos. Los ojos son puntiagudos, no redondeados como en Ameles decolor. En la hembra, el abdomen es rechoncho y se curva hacia arriba, dándole una apariencia muy característica, como una mochila.
Vive en la vegetación baja en lugares cálidos y secos. Su color puede ser gris, verde o marrón para confundirse con el entorno en que vive.
De la mantis enana europea, se conocen 5 especies de Ameles que se distribuyen por España, siendo todas ellas muy parecidas, lo que hace muy difícil la identificación, especialmente con los machos. La forma de la cabeza y del pronoto se usan para ayudar en su identificación. Los colores varían dentro de la misma especie, por lo que no sirve como característica para su identificación.
A diferencia de la Mantis religiosa, la hembra de esta especie no canibaliza el apareamiento. Sus pequeñas ootecas (en morfología de cáscara de huevo) están a menudo unida a la base de una roca; La ooteca es un depósito de huevos que forman diferentes invertebrados. Una ooteca contiene muchos huevos generalmente rodeados por una proteina espumosa que se endurece en contacto con el aire formando una cubierta de protección.


viernes, 7 de octubre de 2011

Mantis religiosa
























Mantis religiosa o “santateresa”

Clasificación científica

Reino:                         Animalia
Filo:                            Arthropoda
Clase:                          Insecta
Orden:                         Mantodea
Familia:                       Mantidae
Subfamilia:                 Mantinae
Tribu:                          Mantini
Género:                       Mantis
Especie:                      M. religiosa

La Mantis religiosa, comúnmente conocida como santateresa; su nombre se debe a la posición que adoptan sus miembros anteriores doblados y juntos contra el tórax que recuerdan a una persona rezando, no obstante, son depredadores voraces que acechan a sus presas y las atrapan con un movimiento veloz hacia adelante de sus patas delanteras. Es un insecto de la familia Mantidae originaria de sur de Europa; fue introducida en Norteamérica en un barco con plantones y a pesar de ser una especie introducida, es el insecto oficial de Connecticut.
Es un insecto carnívoro de tamaño mediano, de entre 1,2-15 cm de longitud, de color verde o pardo, con un tórax largo y unas antenas delgadas. Tiene dos grandes ojos compuestos y tres ojos sencillos entre ellos. Pueden girar la cabeza 180º para cubrir todo el entorno que les rodea. Sus patas delanteras, que mantiene recogidas ante la cabeza, están provistas de fuertes espinas para sujetar a sus presas.
Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y sólo uno se reproduce. Las hembras son mayores que los machos. En raras ocasiones, durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho.
Puede ser de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina el del medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca). Es el único animal conocido que cuenta con un único oído, y lo tiene localizado en el tórax. Alcanzan un año de vida, durante el cual mudan seis veces antes de convertirse en adulto; para mudar se suspenden de una rama, se desprenden de la vieja muda y salen por la parte anterior de la última cutícula.
La mantis utiliza sus fuertes patas delanteras para atrapar a sus presas y devorarlas vivas. Caza al acecho, permanece inmóvil con las patas delanteras juntas, a la espera de que una presa se acerque. Cuando otro insecto se posa junto a ella, lo observa girando la cabeza (las mantis gozan de muy buena vista) y lanzándose al ataque de inmediato. Sus patas delanteras sujetan a la víctima y la mantis comienza a alimentarse de ella inmediatamente, incluso si su presa sigue luchando para escapar. La rapidez de sus patas delanteras es tal que puede atrapar moscas en vuelo.
Las presas pueden ser devoradas en parte o en su totalidad, y dejan únicamente como restos del festín patas, alas o élitros, que la mantis escrupulosamente deja caer al suelo. Los adultos mas grandes pueden llegar a cazar: ranas, lagartijas y otros pequeños animales.
En la época de apareamiento la hembra segrega feromonas, con lo que atrae al macho, y es el único momento en el que los machos y hembras se reúnen. Durante este periodo las hembras se vuelven muy agresivas y, en ocasiones, acaban por comerse a su compañero durante o después del apareamiento, empezando por la cabeza. Este comportamiento está bastante mitificado, ya que, si bien se da con frecuencia en cautiverio, es raro en libertad. La cópula dura unas dos horas; en primer lugar el macho rodea a la hembra hasta saltar a su dorso y poner en contacto sus antenas con las de la hembra. A continuación, el macho pone en contacto sus estructuras genitales con las de la hembra y deposita el espermatóforo en el interior de la hembra.
La puesta de los huevos se hace en otoño y los huevos eclosionan en primavera. Pone sus huevos en montoncitos espumosos (ootecas), que ata a las ramitas. La espuma se endurece pronto y protege los huevos hasta que se abren. Cada saco puede albergar entre 200 y 300 huevos, pero sólo unos pocos sobreviven ya que entre ellos impera el canibalismo juvenil, los más espabilados comen a los que tarden mucho en escapar de sus hermanos.
La relación entre la mantis religiosa y el ser humano ha sido un tanto contradictoria ya que, por un lado, ha despertado la curiosidad y la admiración, y por otro suscita la desconfianza y el miedo. En general en España la cultura popular equivocadamente presenta a la mantis religiosa como un animal peligroso y venenoso a pesar de ser totalmente inofensivo y beneficioso para el ser humano, pues es un gran predador de otros invertebrados como saltamontes. En algunos municipios la mantis religiosa recibe nombres como "muerte" o "caballito del diablo", que revelan esa concepción negativa; contrastan estas denominaciones con las de "religiosa" y la de "santateresa", que hacen alusión a esa posición en la que parece que se encuentra rezando cuando acecha a sus presas.

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