Abubilla (Upupa epops)

Abubilla (Upupa epops)

Clasificación científica

Reino:             Animalia

Filo:                Chordata

Clase:             Aves

Orden:            Coraciiformes

Familia:          Upupidae

Género:          Upupa

Especie:         Upupa epops

La abubilla (Upupa epops) es una especie de ave coraciforme de la familia Upupidae; pertenece al mismo orden que los martines pescadores, los abejarucos, y las carracas. Miden de 25 a 29 cm de largo, con 44 a 48 cm de envergadura de alas.

Se mueve entre las zonas templadas y tropicales de Europa y África, donde cría, y el sureste asiático, sur y levante de la Península Ibérica, Magreb y África subsahariana, donde pasa los inviernos. Es una especie migratoria en las regiones septentrionales y residente o parcialmente migratoria en las otras regiones. La mayor parte de las que migran de Europa probablemente invernan en África al sur del Sahara, en cambio las poblaciones del centro y este de Asia migran a Asia meridional. En septiembre, las abubillas, en solitario o en pequeños grupos, emprenden viaje con dirección a los lugares de invernada.

La abubilla es inconfundible. Su plumaje puede variar desde un pardo rosado a un canela oscuro o rojizo, con las alas y la cola listadas de blanco y negro. Está dotado en la cabeza de un penacho de plumas eréctiles, como un abanico, pero casi siempre lo mantiene cerrado. En vuelo tiene un aspecto listado blanco y negro, y lleva el moño desplegado. Tiene un vuelo errático, ondulante y de corte "amariposado", con frecuentes y bruscos cambios de dirección. Camina por el suelo como un estornino. Puede trepar por los troncos, pero raramente lo hace. Su pico es muy largo, y lo utiliza para desenterrar larvas que encuentra mientras camina sobre el suelo.

Habita en zonas semidesérticas, estepas, claros de bosque, praderas, grandes áreas de frutales, viñedos y campos cultivados con arboledas.

En primavera se oye su reclamo monótono y repetitivo día y noche; su canto es un sonido hueco y habitualmente trisilábico como "up - up - up", que ha contribuido a la determinación del nombre científico de la abubilla. El sonido es sordo y aflautado pero de gran alcance, y lo emite con la garganta esponjada y el pico ligeramente abierto, inclinándolo sobre el pecho. A finales de junio deja de reclamar.

En el sur la época de cría empieza en marzo; en Europa central a mediados de mayo. En las regiones sureñas puede tener lugar una segunda puesta en julio.

La abubilla incuba en huecos de árboles podridos, en graneros, en franjas de terreno de escaso arbolado, también en las grietas de las rocas, en muros, en pozos, incluso en aquellos en los que diariamente beben los rebaños; también en montones de piedras y paredes arenosas. La cavidad que alberga el nido es diferente cada año, siendo poco acomodada con tallos y hojas mustias.

Al principio sólo incuba la hembra, siendo alimentada por el macho, de 5 a 10 huevos; hacia finales de la incubación puede colaborar en el trabajo el macho y les ocupa unos 16 a 18 días. Los polluelos salen del cascarón sin apenas plumón; los polluelos permanecen entre 22 y 24 días en el nido, siendo alimentados con insectos. Después de aprender a volar, siguen todavía un corto espacio de tiempo con la familia, hasta que ya no necesitan recibir el alimento de los progenitores. Pronto resultan idénticos a los adultos.

Tienen un olor peculiar y desagradable; los jóvenes, y también la hembra durante la incubación, cuando son asustadas, por un intruso, son capaces de dispararle un chorro un líquido oleoso y pestilente que producen en una glándula situada en la base de la cola. Esto, junto con la nula limpieza del nido, les ha ganado el apodo de "aves apestosas", aunque en parte le sirve de protección contra depredadores. En ocasiones el nido puede ser localizado por el fétido olor que despide.

Se alimenta de insectos, sobre todo saltamontes y, sorprendentemente, muchos grillos. Es fácil verlas en el suelo buscando larvas bajo los guijarros. Se alimenta de crisálidas y orugas de procesionaria del pino (es un depredador natural de la procesionaria del pino); también comen coleópteros, hormigas, dípteros y sus larvas; se atreve con los grandes miriápodos, como la escolopendra, y no desdeña arañas, caracoles y lombrices. Las presas son descompuestas a picotazos, a menudo lanzadas al aire y luego capturadas con tanta habilidad que resbalan dentro de la boca de la abubilla.

Como ave de la estepa, suele bañarse en la arena, pero nunca en el agua. Cuando se alimenta de forma natural no necesita beber agua.