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¡Hola!

Soy José Manuel, un enamorado de la naturaleza desde toda la vida. Ya de pequeño me gustaban los animales, los bichos, las flores ... Entonces ya iba con mi padre los domingos a la sierra o al río a pescar y disfrutaba recorriendo río arriba y abajo descubriendo todo ese mundo nuevo para mí, no sin alguna bronca por parte de mi padre, pues "le espantaba los peces".

Con el tiempo la afición fue ahondando en mí, y hace unos pocos años descubrí que la fotografía era una buena manera de disfrutarla y difundirla compartiendo con todos vosotros, los muchos aficionados y verdaderos maestros que subis vuestras fotos a la red y de los que estoy aprendiento día a día.

Espero que este modesto Blog sea de vuestro agrado y si algún compañero tiene un blog o una página de fotografía de naturaleza, me de la dirección en cualquier comentario que lo visitaré con mucho gusto y estaré encantado de añadirla a mis enlaces si es su deseo.

Un saludo cordial desde Doña Mencía (Córdoba) y gracias de antemano.

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martes, 21 de abril de 2015

Abejaruco europeo o abejaruco común (Merops apiaster)
























Abejaruco europeo o abejaruco común (Merops apiaster)

Clasificación científica
Reino:             Animalia
Filo:                Chordata
Subfilo:          Vertebrata
Superclase:     Tetrapoda
Clase:             Aves
Orden:            Coraciiformes
Familia:          Meropidae
Género:          Merops
Especie:          Merops Apiaster

El abejaruco europeo o abejaruco común (Merops apiaster) es una especie de ave coraciiforme de la familia Meropidae, característico por la policromía de su plumaje.
Su tamaño es generalmente de 25 a 29 cm de largo, y una envergadura alar de entre 36 y 40 cm, pesa entre 50 y 70 gr. Ave inconfundible por la multitud de colores que presenta: pecho azul, vientre verdoso, cabeza canela, cuello amarillo y la lista negra que adorna su ojo, pico típico de insectívoro, largo, fino y algo curvo.
En el año 1890 el naturalista Edward Wright realizó un estudio sobre la coloración de esta ave, llegando a la conclusión de que todos los colores excepto el rojo estaban presentes en su plumaje, el rojo no estaba presente en su plumaje pero sí en el iris de los ojos de los ejemplares adultos.
Es una especie monotípica, es decir, sin subespecies reconocidas. Posee un agudo sentido de la vista que le permite distinguir una abeja a unos veinte metros. Suele escrudiñar los alrededores desde una atalaya sobre la que se posa en busca de insectos. Cuando divisa alguno que pasa cerca, se lanza sobre el y lo pinza con el pico.
Sus presas preferidas son sobre todo abejas, pero no le desagrada ningún otro insecto volador: mariposas, libélulas, tábanos, avispas y abejorros. A estos últimos, una vez pinzados con el pico, los mata y después los golpea hasta que el aguijón se desprende para poderlos engullir.
Es un ave migradora. Está presente en España en época estival, desde finales de marzo y hasta finales de septiembre. No está presente en alta montaña por encima de los 1.500 m. Viven entre 5 y 10 años.
Existen teorías de que es una especie de origen tropical, debido sobre todo a la variedad de colorido, puesto que las aves de las zonas templadas presentan coloraciones más discretas adaptadas a una función de camuflaje, con algunas excepciones como el martín pescador, la urraca o la oropéndola. Esto habría sido posible gracias a su facilidad para colonizar nuevos territorios como cortes en el terreno de vías ferroviarias, carreteras, autovías, etc.
Vive en zonas abiertas: cultivos, pastizales, con vegetación dispersa; que tengan cortados en las que pueda anidar.
Es un ave gregaria y sociable. Suele posarse a descansar en los cables de tendido eléctrico, casi nunca en el suelo. Posee un vuelo acrobático, con aleteos rápidos y planeos. Nidifica en los taludes del curso medio de los ríos y muy comúnmente en los taludes y terraplenes de las carreteras. Horada un agujero en la pendiente, de trayectoria oblicua de unos 20-30 grados respecto de la horizontal, que puede llegar a los 2 metros de longitud. Al final de dicho agujero acondiciona una pequeña cámara donde pone de 4 a 6 huevos blancos directamente en el suelo y que incuba entre 19 y 21 días.
Abejaruco europeo o abejaruco común (Merops apiaster) Clasificación científica Reino: Animalia Filo: Chordata Subfilo: Vertebrata Superclase: Tetrapoda Clase: Aves Orden: Coraciiformes Familia: Meropidae Género: Merops Especie: Merops Apiaster El abejaruco europeo o abejaruco común (Merops apiaster) es una especie de ave coraciiforme de la familia Meropidae, característico por la policromía de su plumaje. Su tamaño es generalmente de 25 a 29 cm de largo, y una envergadura alar de entre 36 y 40 cm, pesa entre 50 y 70 gr. Ave inconfundible por la multitud de colores que presenta: pecho azul, vientre verdoso, cabeza canela, cuello amarillo y la lista negra que adorna su ojo, pico típico de insectívoro, largo, fino y algo curvo. En el año 1890 el naturalista Edward Wright realizó un estudio sobre la coloración de esta ave, llegando a la conclusión de que todos los colores excepto el rojo estaban presentes en su plumaje, el rojo no estaba presente en su plumaje pero sí en el iris de los ojos de los ejemplares adultos. Es una especie monotípica, es decir, sin subespecies reconocidas. Posee un agudo sentido de la vista que le permite distinguir una abeja a unos veinte metros. Suele escrudiñar los alrededores desde una atalaya sobre la que se posa en busca de insectos. Cuando divisa alguno que pasa cerca, se lanza sobre el y lo pinza con el pico. Sus presas preferidas son sobre todo abejas, pero no le desagrada ningún otro insecto volador: mariposas, libélulas, tábanos, avispas y abejorros. A estos últimos, una vez pinzados con el pico, los mata y después los golpea hasta que el aguijón se desprende para poderlos engullir. Es un ave migradora. Está presente en España en época estival, desde finales de marzo y hasta finales de septiembre. No está presente en alta montaña por encima de los 1.500 m. Viven entre 5 y 10 años. Existen teorías de que es una especie de origen tropical, debido sobre todo a la variedad de colorido, puesto que las aves de las zonas templadas presentan coloraciones más discretas adaptadas a una función de camuflaje, con algunas excepciones como el martín pescador, la urraca o la oropéndola. Esto habría sido posible gracias a su facilidad para colonizar nuevos territorios como cortes en el terreno de vías ferroviarias, carreteras, autovías, etc. Vive en zonas abiertas: cultivos, pastizales, con vegetación dispersa; que tengan cortados en las que pueda anidar. Es un ave gregaria y sociable. Suele posarse a descansar en los cables de tendido eléctrico, casi nunca en el suelo. Posee un vuelo acrobático, con aleteos rápidos y planeos. Nidifica en los taludes del curso medio de los ríos y muy comúnmente en los taludes y terraplenes de las carreteras. Horada un agujero en la pendiente, de trayectoria oblicua de unos 20-30 grados respecto de la horizontal, que puede llegar a los 2 metros de longitud. Al final de dicho agujero acondiciona una pequeña cámara donde pone de 4 a 6 huevos blancos directamente en el suelo y que incuba entre 19 y 21 días. Copy and WIN : http://ow.ly/KNICZ

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sábado, 17 de enero de 2015

Águila imperial ibérica (Aquila adalberti)
















Águila imperial ibérica (Aquila adalberti)

Clasificación científica
Reino:             Animalia
Filo:                Chordata
Clase:              Aves
Orden:            Accipitriformes
Familia:          Accipitridae
Subfamilia:     Buteoninae
Género:           Aquila
Especie:          Aquila adalberti

El águila imperial ibérica (Aquila adalberti) es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es una de las aves endémica de la Península Ibérica. Hasta no hace mucho se le consideraba una subespecie del águila imperial (Aquila heliaca), pero estudios de ADN recientes, sobre ambas aves, demostraron que estaban lo suficientemente separadas como para constituir una especie distinta. El águila imperial ibérica es un ave muy amenazada, en 2011 se estimó una población de unas 300 parejas. Su nombre conmemora al príncipe Adalberto de Baviera.

El plumaje es pardo muy oscuro en todo el cuerpo, excepto en los hombros y la parte alta de las alas, de color blanco. La nuca es ligeramente más pálida que otras partes del cuerpo, y la cola rectangular más oscura, sin bandas claras o líneas blancas como en el águila imperial oriental; las garras son robustas. En el caso de los individuos subadultos, éstos son pardo-rojizos y no desarrollan el plumaje y la madurez sexual de individuos maduros hasta los 5 años de edad. El tamaño medio de los adultos es de entre 78 y 83 cm de altura y 2,8 kg de peso, si bien las hembras, más grandes que los machos, pueden llegar a los 3,5 kg. La envergadura de alas varía entre los 1,8 y 2,1 m.
Viven unos 20 años de media, habiéndose documentado ejemplares de 27 años en el medio natural y de 41 en cautividad.

Históricamente la persecución de esta especie hizo que las parejas supervivientes fueran las que se refugiaron en zonas de difícil acceso y relieve abrupto, generalmente en zonas de montaña. Su recuperación ha llevado a que las nuevas parejas, y también algunas antiguas vayan ocupando espacios de llanura y monte bajo.

Habita en encinares y alcornocales de sierras, llanuras con amplias zonas despejadas en las cercanías, estando presente, a veces, en zonas de pinos entremezclados con matorral mediterráneo. Se ha constatado incluso en zonas de dunas y marismas cercanas a la costa. Sus mayores densidades se alcanzan en terrenos llanos o con relieves suaves, con formaciones arbóreas de importancia, aunque no dominantes, como las dehesas, y con buenas poblaciones de conejos.
Dentro del territorio del águila, de su zona de campeo, se pueden distinguir tres zonas: la zona de nidificación, la zona de alimentación cercana que es el cazadero más habitual, siendo defendido por la pareja para su uso exclusivo, y la zona de alimentación lejana que se usa de manera más ocasional, siendo su uso compartido con otras parejas y otras rapaces, y se usa con más frecuencia fuera de la época de cría.
Al contrario que el águila imperial oriental de Eurasia y África oriental, la especie ibérica no emigra. Cada pareja defiende su zona de caza y reproducción (unas 2.000 hectáreas) durante todo el año.

La mayor parte de su alimentación lo constituyen los conejos, que cazan en solitario o en pareja. También depreda sobre liebres, palomas, cuervos y otras aves; en menor medida zorros, ardillas terrestres y pequeños roedores; pueden alimentarse ocasionalmente de carroña, sobretodo en invierno. Caza en terrenos abiertos capturando las piezas desde el aire, aunque los ejemplares jóvenes suelen cazar más al acecho. En ocasiones la pareja sale a cazar juntos; mientras uno levanta la presa el otro la captura.

A principios de año comienza su llamativo cortejo, de manera que hacia marzo ya están las parejas consolidadas. El águila imperial ibérica es monógama. En la época de celo las águilas reacondicionan uno de los nidos que han usado durante años anteriores, rotando de uno a otro. Estos nidos están situados en la copa de árboles como alcornoques o pinos. Es en esta época, durante la reproducción, es cuando más sensible es el águila imperial a la presencia humana. Incluso puede abandonar la puesta si es molestado y nidificar de nuevo en un lugar más tranquilo.
La puesta típica consta de 4 a 5 huevos que se incuban durante 43 días. Al contrario de lo que ocurre con las águilas reales, los dos polluelos suelen llegar a adultos, excepcionalmente incluso tres. Si el año es malo y hay poca comida, el pollo mayor la acapara y puede ser el único que sobrevive; no obstante, se puede asegurar que el águila imperial ibérica no practica el cainismo.
Cuando necesitan ir en busca de comida, los padres cubren los huevos o polluelos con hojas y ramas para evitar que sean descubiertos por los depredadores, algo que a veces no es suficiente, terminando con alguno de los pollos capturado por un águila real o, en el caso de los nidos mas bajos, incluso un zorro u otro carnívoro de tamaño medio.
Los jóvenes abandonan el nido entre 65 y 78 días después de nacer, pero continúan viviendo en las inmediaciones y siendo alimentados por los padres durante 4 meses. Pasado este tiempo, se independizan y emprenden una vida nómada. Cuando alcanzan la madurez sexual suelen visitar los límites de los territorios de parejas sedentarias a la búsqueda de algún individuo de sexo contrario «soltero» o «viudo». Los jóvenes nómadas son frecuentemente atacados por las parejas de adultos en cuyos territorios se han adentrado.

Por primera vez en 50 años, el águila imperial ibérica supera ya las 400 parejas reproductoras en España y Portugal, según los datos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (MAGRAMA). La SEO, la Sociedad Española de Ornitología, afirma que es "una buena noticia" pero que se tardará todavía tres años más en alcanzar el objetivo fijado por los expertos de 500 parejas. En España, cinco comunidades autónomas acogen ejemplares de esta especie emblemática de nuestra fauna: Madrid, Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía
La recuperación de la rapaz más amenazada de Europa es ya un hecho. En 2013 se ha censado un mínimo de 407 parejas en toda la Península Ibérica, 396 en España y 11 en Portugal. Castilla-La Mancha es la región que alberga una mayor cantidad de parejas (al menos 150 parejas); seguida de Andalucía, con 91; Castilla y León, con 56; Extremadura, con 50 y Madrid, con 49.
"Sin lugar a dudas es una gran noticia", como asegura la SEO (Sociedad Española de Ornitología). Sobre todo si tenemos en cuenta que en el año 2004 contábamos sólo con 198 parejas, y ahora mismo hemos doblado esa cifra en España".
Águila imperial ibérica (Aquila adalberti) Clasificación científica Reino: Animalia Filo: Chordata Clase: Aves Orden: Accipitriformes Familia: Accipitridae Subfamilia: Buteoninae Género: Aquila Especie: Aquila adalberti El águila imperial ibérica (Aquila adalberti) es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es una de las aves endémica de la Península Ibérica. Hasta no hace mucho se le consideraba una subespecie del águila imperial (Aquila heliaca), pero estudios de ADN recientes, sobre ambas aves, demostraron que estaban lo suficientemente separadas como para constituir una especie distinta. El águila imperial ibérica es un ave muy amenazada, en 2011 se estimó una población de unas 300 parejas. Su nombre conmemora al príncipe Adalberto de Baviera. El plumaje es pardo muy oscuro en todo el cuerpo, excepto en los hombros y la parte alta de las alas, de color blanco. La nuca es ligeramente más pálida que otras partes del cuerpo, y la cola rectangular más oscura, sin bandas claras o líneas blancas como en el águila imperial oriental; las garras son robustas. En el caso de los individuos subadultos, éstos son pardo-rojizos y no desarrollan el plumaje y la madurez sexual de individuos maduros hasta los 5 años de edad. El tamaño medio de los adultos es de entre 78 y 83 cm de altura y 2,8 kg de peso, si bien las hembras, más grandes que los machos, pueden llegar a los 3,5 kg. La envergadura de alas varía entre los 1,8 y 2,1 m. Viven unos 20 años de media, habiéndose documentado ejemplares de 27 años en el medio natural y de 41 en cautividad. Históricamente la persecución de esta especie hizo que las parejas supervivientes fueran las que se refugiaron en zonas de difícil acceso y relieve abrupto, generalmente en zonas de montaña. Su recuperación ha llevado a que las nuevas parejas, y también algunas antiguas vayan ocupando espacios de llanura y monte bajo. Habita en encinares y alcornocales de sierras, llanuras con amplias zonas despejadas en las cercanías, estando presente, a veces, en zonas de pinos entremezclados con matorral mediterráneo. Se ha constatado incluso en zonas de dunas y marismas cercanas a la costa. Sus mayores densidades se alcanzan en terrenos llanos o con relieves suaves, con formaciones arbóreas de importancia, aunque no dominantes, como las dehesas, y con buenas poblaciones de conejos. Dentro del territorio del águila, de su zona de campeo, se pueden distinguir tres zonas: la zona de nidificación, la zona de alimentación cercana que es el cazadero más habitual, siendo defendido por la pareja para su uso exclusivo, y la zona de alimentación lejana que se usa de manera más ocasional, siendo su uso compartido con otras parejas y otras rapaces, y se usa con más frecuencia fuera de la época de cría. Al contrario que el águila imperial oriental de Eurasia y África oriental, la especie ibérica no emigra. Cada pareja defiende su zona de caza y reproducción (unas 2.000 hectáreas) durante todo el año. La mayor parte de su alimentación lo constituyen los conejos, que cazan en solitario o en pareja. También depreda sobre liebres, palomas, cuervos y otras aves; en menor medida zorros, ardillas terrestres y pequeños roedores; pueden alimentarse ocasionalmente de carroña, sobretodo en invierno. Caza en terrenos abiertos capturando las piezas desde el aire, aunque los ejemplares jóvenes suelen cazar más al acecho. En ocasiones la pareja sale a cazar juntos; mientras uno levanta la presa el otro la captura. A principios de año comienza su llamativo cortejo, de manera que hacia marzo ya están las parejas consolidadas. El águila imperial ibérica es monógama. En la época de celo las águilas reacondicionan uno de los nidos que han usado durante años anteriores, rotando de uno a otro. Estos nidos están situados en la copa de árboles como alcornoques o pinos. Es en esta época, durante la reproducción, es cuando más sensible es el águila imperial a la presencia humana. Incluso puede abandonar la puesta si es molestado y nidificar de nuevo en un lugar más tranquilo. La puesta típica consta de 4 a 5 huevos que se incuban durante 43 días. Al contrario de lo que ocurre con las águilas reales, los dos polluelos suelen llegar a adultos, excepcionalmente incluso tres. Si el año es malo y hay poca comida, el pollo mayor la acapara y puede ser el único que sobrevive; no obstante, se puede asegurar que el águila imperial ibérica no practica el cainismo. Cuando necesitan ir en busca de comida, los padres cubren los huevos o polluelos con hojas y ramas para evitar que sean descubiertos por los depredadores, algo que a veces no es suficiente, terminando con alguno de los pollos capturado por un águila real o, en el caso de los nidos mas bajos, incluso un zorro u otro carnívoro de tamaño medio. Los jóvenes abandonan el nido entre 65 y 78 días después de nacer, pero continúan viviendo en las inmediaciones y siendo alimentados por los padres durante 4 meses. Pasado este tiempo, se independizan y emprenden una vida nómada. Cuando alcanzan la madurez sexual suelen visitar los límites de los territorios de parejas sedentarias a la búsqueda de algún individuo de sexo contrario «soltero» o «viudo». Los jóvenes nómadas son frecuentemente atacados por las parejas de adultos en cuyos territorios se han adentrado. Por primera vez en 50 años, el águila imperial ibérica supera ya las 400 parejas reproductoras en España y Portugal, según los datos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (MAGRAMA). La SEO, la Sociedad Española de Ornitología, afirma que es "una buena noticia" pero que se tardará todavía tres años más en alcanzar el objetivo fijado por los expertos de 500 parejas. En España, cinco comunidades autónomas acogen ejemplares de esta especie emblemática de nuestra fauna: Madrid, Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía La recuperación de la rapaz más amenazada de Europa es ya un hecho. En 2013 se ha censado un mínimo de 407 parejas en toda la Península Ibérica, 396 en España y 11 en Portugal. Castilla-La Mancha es la región que alberga una mayor cantidad de parejas (al menos 150 parejas); seguida de Andalucía, con 91; Castilla y León, con 56; Extremadura, con 50 y Madrid, con 49. "Sin lugar a dudas es una gran noticia", como asegura la SEO (Sociedad Española de Ornitología). Sobre todo si tenemos en cuenta que en el año 2004 contábamos sólo con 198 parejas, y ahora mismo hemos doblado esa cifra en España". Copy and WIN : http://bit.ly/copy_win

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Águila imperial ibérica (Aquila adalberti) Clasificación científica Reino: Animalia Filo: Chordata Clase: Aves Orden: Accipitriformes Familia: Accipitridae Subfamilia: Buteoninae Género: Aquila Especie: Aquila adalberti El águila imperial ibérica (Aquila adalberti) es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es una de las aves endémica de la Península Ibérica. Hasta no hace mucho se le consideraba una subespecie del águila imperial (Aquila heliaca), pero estudios de ADN recientes, sobre ambas aves, demostraron que estaban lo suficientemente separadas como para constituir una especie distinta. El águila imperial ibérica es un ave muy amenazada, en 2011 se estimó una población de unas 300 parejas. Su nombre conmemora al príncipe Adalberto de Baviera. El plumaje es pardo muy oscuro en todo el cuerpo, excepto en los hombros y la parte alta de las alas, de color blanco. La nuca es ligeramente más pálida que otras partes del cuerpo, y la cola rectangular más oscura, sin bandas claras o líneas blancas como en el águila imperial oriental; las garras son robustas. En el caso de los individuos subadultos, éstos son pardo-rojizos y no desarrollan el plumaje y la madurez sexual de individuos maduros hasta los 5 años de edad. El tamaño medio de los adultos es de entre 78 y 83 cm de altura y 2,8 kg de peso, si bien las hembras, más grandes que los machos, pueden llegar a los 3,5 kg. La envergadura de alas varía entre los 1,8 y 2,1 m. Viven unos 20 años de media, habiéndose documentado ejemplares de 27 años en el medio natural y de 41 en cautividad. Históricamente la persecución de esta especie hizo que las parejas supervivientes fueran las que se refugiaron en zonas de difícil acceso y relieve abrupto, generalmente en zonas de montaña. Su recuperación ha llevado a que las nuevas parejas, y también algunas antiguas vayan ocupando espacios de llanura y monte bajo. Habita en encinares y alcornocales de sierras, llanuras con amplias zonas despejadas en las cercanías, estando presente, a veces, en zonas de pinos entremezclados con matorral mediterráneo. Se ha constatado incluso en zonas de dunas y marismas cercanas a la costa. Sus mayores densidades se alcanzan en terrenos llanos o con relieves suaves, con formaciones arbóreas de importancia, aunque no dominantes, como las dehesas, y con buenas poblaciones de conejos. Dentro del territorio del águila, de su zona de campeo, se pueden distinguir tres zonas: la zona de nidificación, la zona de alimentación cercana que es el cazadero más habitual, siendo defendido por la pareja para su uso exclusivo, y la zona de alimentación lejana que se usa de manera más ocasional, siendo su uso compartido con otras parejas y otras rapaces, y se usa con más frecuencia fuera de la época de cría. Al contrario que el águila imperial oriental de Eurasia y África oriental, la especie ibérica no emigra. Cada pareja defiende su zona de caza y reproducción (unas 2.000 hectáreas) durante todo el año. La mayor parte de su alimentación lo constituyen los conejos, que cazan en solitario o en pareja. También depreda sobre liebres, palomas, cuervos y otras aves; en menor medida zorros, ardillas terrestres y pequeños roedores; pueden alimentarse ocasionalmente de carroña, sobretodo en invierno. Caza en terrenos abiertos capturando las piezas desde el aire, aunque los ejemplares jóvenes suelen cazar más al acecho. En ocasiones la pareja sale a cazar juntos; mientras uno levanta la presa el otro la captura. A principios de año comienza su llamativo cortejo, de manera que hacia marzo ya están las parejas consolidadas. El águila imperial ibérica es monógama. En la época de celo las águilas reacondicionan uno de los nidos que han usado durante años anteriores, rotando de uno a otro. Estos nidos están situados en la copa de árboles como alcornoques o pinos. Es en esta época, durante la reproducción, es cuando más sensible es el águila imperial a la presencia humana. Incluso puede abandonar la puesta si es molestado y nidificar de nuevo en un lugar más tranquilo. La puesta típica consta de 4 a 5 huevos que se incuban durante 43 días. Al contrario de lo que ocurre con las águilas reales, los dos polluelos suelen llegar a adultos, excepcionalmente incluso tres. Si el año es malo y hay poca comida, el pollo mayor la acapara y puede ser el único que sobrevive; no obstante, se puede asegurar que el águila imperial ibérica no practica el cainismo. Cuando necesitan ir en busca de comida, los padres cubren los huevos o polluelos con hojas y ramas para evitar que sean descubiertos por los depredadores, algo que a veces no es suficiente, terminando con alguno de los pollos capturado por un águila real o, en el caso de los nidos mas bajos, incluso un zorro u otro carnívoro de tamaño medio. Los jóvenes abandonan el nido entre 65 y 78 días después de nacer, pero continúan viviendo en las inmediaciones y siendo alimentados por los padres durante 4 meses. Pasado este tiempo, se independizan y emprenden una vida nómada. Cuando alcanzan la madurez sexual suelen visitar los límites de los territorios de parejas sedentarias a la búsqueda de algún individuo de sexo contrario «soltero» o «viudo». Los jóvenes nómadas son frecuentemente atacados por las parejas de adultos en cuyos territorios se han adentrado. Por primera vez en 50 años, el águila imperial ibérica supera ya las 400 parejas reproductoras en España y Portugal, según los datos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (MAGRAMA). La SEO, la Sociedad Española de Ornitología, afirma que es "una buena noticia" pero que se tardará todavía tres años más en alcanzar el objetivo fijado por los expertos de 500 parejas. En España, cinco comunidades autónomas acogen ejemplares de esta especie emblemática de nuestra fauna: Madrid, Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía La recuperación de la rapaz más amenazada de Europa es ya un hecho. En 2013 se ha censado un mínimo de 407 parejas en toda la Península Ibérica, 396 en España y 11 en Portugal. Castilla-La Mancha es la región que alberga una mayor cantidad de parejas (al menos 150 parejas); seguida de Andalucía, con 91; Castilla y León, con 56; Extremadura, con 50 y Madrid, con 49. "Sin lugar a dudas es una gran noticia", como asegura la SEO (Sociedad Española de Ornitología). Sobre todo si tenemos en cuenta que en el año 2004 contábamos sólo con 198 parejas, y ahora mismo hemos doblado esa cifra en España". Copy and WIN : http://bit.ly/copy_win

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Águila imperial ibérica (Aquila adalberti) Clasificación científica Reino: Animalia Filo: Chordata Clase: Aves Orden: Accipitriformes Familia: Accipitridae Subfamilia: Buteoninae Género: Aquila Especie: Aquila adalberti El águila imperial ibérica (Aquila adalberti) es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es una de las aves endémica de la Península Ibérica. Hasta no hace mucho se le consideraba una subespecie del águila imperial (Aquila heliaca), pero estudios de ADN recientes, sobre ambas aves, demostraron que estaban lo suficientemente separadas como para constituir una especie distinta. El águila imperial ibérica es un ave muy amenazada, en 2011 se estimó una población de unas 300 parejas. Su nombre conmemora al príncipe Adalberto de Baviera. El plumaje es pardo muy oscuro en todo el cuerpo, excepto en los hombros y la parte alta de las alas, de color blanco. La nuca es ligeramente más pálida que otras partes del cuerpo, y la cola rectangular más oscura, sin bandas claras o líneas blancas como en el águila imperial oriental; las garras son robustas. En el caso de los individuos subadultos, éstos son pardo-rojizos y no desarrollan el plumaje y la madurez sexual de individuos maduros hasta los 5 años de edad. El tamaño medio de los adultos es de entre 78 y 83 cm de altura y 2,8 kg de peso, si bien las hembras, más grandes que los machos, pueden llegar a los 3,5 kg. La envergadura de alas varía entre los 1,8 y 2,1 m. Viven unos 20 años de media, habiéndose documentado ejemplares de 27 años en el medio natural y de 41 en cautividad. Históricamente la persecución de esta especie hizo que las parejas supervivientes fueran las que se refugiaron en zonas de difícil acceso y relieve abrupto, generalmente en zonas de montaña. Su recuperación ha llevado a que las nuevas parejas, y también algunas antiguas vayan ocupando espacios de llanura y monte bajo. Habita en encinares y alcornocales de sierras, llanuras con amplias zonas despejadas en las cercanías, estando presente, a veces, en zonas de pinos entremezclados con matorral mediterráneo. Se ha constatado incluso en zonas de dunas y marismas cercanas a la costa. Sus mayores densidades se alcanzan en terrenos llanos o con relieves suaves, con formaciones arbóreas de importancia, aunque no dominantes, como las dehesas, y con buenas poblaciones de conejos. Dentro del territorio del águila, de su zona de campeo, se pueden distinguir tres zonas: la zona de nidificación, la zona de alimentación cercana que es el cazadero más habitual, siendo defendido por la pareja para su uso exclusivo, y la zona de alimentación lejana que se usa de manera más ocasional, siendo su uso compartido con otras parejas y otras rapaces, y se usa con más frecuencia fuera de la época de cría. Al contrario que el águila imperial oriental de Eurasia y África oriental, la especie ibérica no emigra. Cada pareja defiende su zona de caza y reproducción (unas 2.000 hectáreas) durante todo el año. La mayor parte de su alimentación lo constituyen los conejos, que cazan en solitario o en pareja. También depreda sobre liebres, palomas, cuervos y otras aves; en menor medida zorros, ardillas terrestres y pequeños roedores; pueden alimentarse ocasionalmente de carroña, sobretodo en invierno. Caza en terrenos abiertos capturando las piezas desde el aire, aunque los ejemplares jóvenes suelen cazar más al acecho. En ocasiones la pareja sale a cazar juntos; mientras uno levanta la presa el otro la captura. A principios de año comienza su llamativo cortejo, de manera que hacia marzo ya están las parejas consolidadas. El águila imperial ibérica es monógama. En la época de celo las águilas reacondicionan uno de los nidos que han usado durante años anteriores, rotando de uno a otro. Estos nidos están situados en la copa de árboles como alcornoques o pinos. Es en esta época, durante la reproducción, es cuando más sensible es el águila imperial a la presencia humana. Incluso puede abandonar la puesta si es molestado y nidificar de nuevo en un lugar más tranquilo. La puesta típica consta de 4 a 5 huevos que se incuban durante 43 días. Al contrario de lo que ocurre con las águilas reales, los dos polluelos suelen llegar a adultos, excepcionalmente incluso tres. Si el año es malo y hay poca comida, el pollo mayor la acapara y puede ser el único que sobrevive; no obstante, se puede asegurar que el águila imperial ibérica no practica el cainismo. Cuando necesitan ir en busca de comida, los padres cubren los huevos o polluelos con hojas y ramas para evitar que sean descubiertos por los depredadores, algo que a veces no es suficiente, terminando con alguno de los pollos capturado por un águila real o, en el caso de los nidos mas bajos, incluso un zorro u otro carnívoro de tamaño medio. Los jóvenes abandonan el nido entre 65 y 78 días después de nacer, pero continúan viviendo en las inmediaciones y siendo alimentados por los padres durante 4 meses. Pasado este tiempo, se independizan y emprenden una vida nómada. Cuando alcanzan la madurez sexual suelen visitar los límites de los territorios de parejas sedentarias a la búsqueda de algún individuo de sexo contrario «soltero» o «viudo». Los jóvenes nómadas son frecuentemente atacados por las parejas de adultos en cuyos territorios se han adentrado. Por primera vez en 50 años, el águila imperial ibérica supera ya las 400 parejas reproductoras en España y Portugal, según los datos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (MAGRAMA). La SEO, la Sociedad Española de Ornitología, afirma que es "una buena noticia" pero que se tardará todavía tres años más en alcanzar el objetivo fijado por los expertos de 500 parejas. En España, cinco comunidades autónomas acogen ejemplares de esta especie emblemática de nuestra fauna: Madrid, Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía La recuperación de la rapaz más amenazada de Europa es ya un hecho. En 2013 se ha censado un mínimo de 407 parejas en toda la Península Ibérica, 396 en España y 11 en Portugal. Castilla-La Mancha es la región que alberga una mayor cantidad de parejas (al menos 150 parejas); seguida de Andalucía, con 91; Castilla y León, con 56; Extremadura, con 50 y Madrid, con 49. "Sin lugar a dudas es una gran noticia", como asegura la SEO (Sociedad Española de Ornitología). Sobre todo si tenemos en cuenta que en el año 2004 contábamos sólo con 198 parejas, y ahora mismo hemos doblado esa cifra en España". Copy and WIN : http://bit.ly/copy_win

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