El
ciervo común o venado (Cervus elaphus)
Clasificación científica
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Artiodáctilos
Familia: Cérvidos
Género: Cervus
Especie: Cervus
elaphus
Subespecies: Cervus elaphus bolivari (el más común en la península ibérica)
Cervus
elaphus hispanicus (limitado a la zona baja del Guadalquivir)
El ciervo común, también llamado ciervo
rojo, ciervo colorado o simplemente venado (Cervus elaphus) es una especie de
cérvido ampliamente distribuida por el Hemisferio Norte. El venado es un animal
esbelto, robusto, bien conformado y de porte majestuoso y altivo. Es un ciervo
de gran tamaño (sólo superado por el Alce), con un tamaño aproximado de 160 a
250 cm de longitud y un peso en los machos de hasta 200 kg. Su corpulencia
puede variar de modo considerable, siendo la hembra bastante más pequeña que el
macho, del que difiere también por el color del manto; es un animal muy tímido
y miedoso, y no muy astuto ni inteligente.
Los machos presentan cornamentas que
renuevan cada año y, en algunas subespecies, una densa melena de pelo oscuro en
cuello y hombros. El color del pelo es normalmente pardo en todo el cuerpo
salvo en el vientre y los glúteos, que es blanquecino, y puede variar en la
intensidad de su tonalidad según los individuos. Las crías de pocos meses
presentan una coloración rojiza, con manchas y rayas blancas que les ayuda a
mimetizarse y ocultarse de los depredadores.
Los ciervos son animales herbívoros, su
dieta es exclusivamente vegetariana, come pasto prefiere gramíneas y hierbas,
mientras que en el otoño busca las bellotas para acumular grasas para
prepararse para el invierno.
El ciervo es más activo durante el
amanecer y atardecer, siendo su periodo de menos actividad el centro del día.
Es una especie marcadamente errática, de forma que raramente pasa más de un día
en un mismo lugar, sin molestarse nunca en preparar un encame. El macho suele
vivir en solitario, mientras que las hembras, junto con los ejemplares más
jóvenes, se organizan en rebaños que pueden ir
desde 3 ó 4 ejemplares a más de 20, normalmente dirigidos por una hembra
experimentada, que coordina el rebaño manteniendo una rígida jerarquía en la
que participan tan solo las hembras más adultas. Este rebaño matriarcal posee
un territorio de verano y otro de invierno y ambos son defendidos de la
intrusión de otros grupos.
La cornamenta la utilizan los machos
durante la época de apareamiento cuando compiten por las hembras. Las astas
empiezan a formarse durante el verano, a partir de dos protuberancias del
cráneo. Al crecer, se recubren de un terciopelo llamado «borra», que posee gran
cantidad de vasos sanguíneos para alimentar el hueso que crece bajo ellas.
Finalmente, la borra cae, ayudada por su dueño, que suele dejarla enganchada en
matojos o ramas que ha utilizado para rascarse.
El tamaño de los cuernos no va a depender
exclusivamente de la edad, ya que hay otros factores como la herencia
biológica, vigor, estado de salud y alimentación del animal. No obstante y con
carácter genérico se estima que el tamaño de la cuerna y número de puntas va
aumentando con los años, hasta llegar a un óptimo en torno a los 11-12 años. La
primera cuerna de un animal macho de un año suele consistir en las típicas
varas, no tiene ramificaciones, de aquí toma el nombre de vareto, siendo su
longitud en torno a los 60 cms, aun cuando se han citado casos excepcionales de
ramificaciones en ejemplares de solo un año con hasta ocho puntas, que es la
cuerna común del segundo año, siendo típicas de los ejemplares entre 3 y 4 años
las cuernas con diez o doce puntas.
Los machos y las hembras solo se juntan
en la época de celo, llamada “berrea” (entre agosto y octubre, según zona y
clima), momento en que comienza la lucha de los machos por el control de un
harén.
Durante toda la época de reproducción,
los machos dejan de alimentarse y pasan todo el día luchando entre ellos o
copulando con las hembras que se hayan ganado, de tal manera, que no es raro,
que muchos puedan incluso morir de hambre o de puro agotamiento, si el año ha
sido malo y no han acumulado reservas suficientes para el invierno. Esto suele
ser mas frecuente en individuos jóvenes, que suelen terminar la estación sin
reproducirse, derrotados por animales de mayor edad y fuerza. Debido a ello, la
esperanza de vida media para los machos de esta especie es de apenas 5 o 6
años, aunque si son dominantes, pueden alcanzar los 20 años.
Tras la época de celo, los machos
abandonan normalmente la manada conquistada, aunque algunos se quedan en ella
durante algún tiempo más. Para febrero todos los individuos han perdido ya sus
cuernos y procederán en los meses siguientes a renovarlos. Las hembras preñadas
durante el otoño paren una cría, excepcionalmente dos, 8 meses después, a
comienzos del verano. Los cervatillos pueden levantarse y seguir a su madre al
poco de nacer, pero ella suele esconderlos entre la vegetación del bosque y
acudir regularmente para amamantarlos, cosa que hacen hasta los 3 meses. A los
2 años las hembras ya son adultas, mientras que los machos alcanzan la madurez
a los 3 años, pero tardarán unos años más en poder desarrollarse para vencer la
resistencia de los veteranos y aparearse.
El ciervo común es presa de múltiples
carnívoros. Los adultos y crías pueden caer víctimas de linces, lobos y osos.
Los individuos más jóvenes, además, son cazados también por zorros, gatos
salvajes y águilas. Ante sus depredadores sólo tienen el recurso de la huida y
en el caso de los más pequeños el camuflaje, pues los machos rara vez usan sus
cuernos para luchar contra ellos, por ser poco efectivos contra los carnívoros.
No obstante, estas amenazas no son suficientes para poner en peligro la
especie. En zonas donde se han exterminado a gran número de carnívoros, los
ciervos pueden llegar a ser un peligro, por amenazar la supervivencia de
ciertas plantas. Por ello su caza es muy común en toda la península, aunque
tiende a ser regulada para que no resulte excesiva.
magnificas fotos Jose Manuel lastima que no tuviera mejor cuerna, logicamente da más miedo y te lo pensaste un poquillo nos vemos. Saludos Juan Moreno
ResponderEliminarSão imagens belíssimas!!!
ResponderEliminarEu nunca vi pessoalmente um desses animais... tão ternos... tem tanta doçura...
Obrigada por compartilhar conosco as fotografias e o texto sobre a espécie.
Um beijo carinhoso.
Bonita serie al señor de los bosques. Buen trabajo. Un saludo desde mi terruño
ResponderEliminar¡Qué gozada estar cerca de tan bello animal! Como bellas son las imágenes que nos traes.Una abrazo.
ResponderEliminarBonita serie Jose!, espero que no se ponga delante de una mira telescopica....
ResponderEliminarSaludos camperos.
Bonitos ejemplare Jose,de calidad muy buena,saludos amigo
ResponderEliminarbonito ejemplar el que has pillado un saludo
ResponderEliminarBonita serie, ya me enseñaste un acercamiento de la tercera, con esa me quedo especialmente, esa mirada hacia atrás, diciendo: me voy o me vuelvo...No entiendo de estos bellos animales, alguien más arriba dice que "lástima que no tuviera mejor cuerna"; pues yo con esa que tiene, si se vuelve lo dejo todo....¡hasta la m2!. Sé que disfrutaste amigo, buenas fotos, un saludo
ResponderEliminarEsperemos que sigan brotando por mucho tiempo las yemas nuevas en esos cuernos. Besos.
ResponderEliminarQue buenas fotos y que bonito el lugar en el que vives!!! ¿Alguna vez pensaste en un curso de fotografía en línea? Yo sería el primero en inscribirme. Saludos desde Sud-América.
ResponderEliminarBuenas composiciones y luz mágica para un animal especial. Hacía tiempo que no pasaba por aquí y ha sido un placer. Saludos
ResponderEliminarUnas fotos muy guapas de un animal hermoso. En mi blog puedes ver las fotos que les hice yo a sus parientes en California. Aquellos son, como dices en tu explicación, los que tienen una melena de pelo oscuro en el cuello.
ResponderEliminarSaludos